El sudor es una sustancia producida por el organismo que tiene la función de regular la temperatura corporal. Está compuesta por agua y sales minerales, fundamentalmente cloruro sódico. A diferencia de lo que mucha gente piensa, el sudor no tiene la función de eliminar toxinas ni sustancias nocivas para el organismo. La secreción del sudor está controlada por el sistema nervioso autónomo y esto implica, que las emociones influyen en que en determinados momentos podamos sudar más.
La hiperhidrosis es una enfermedad que afecta al 3% de la población aproximadamente. Las personas que la padecen presentan sudoración excesiva que puede ser generalizada o afectar a una zona en concreto, tendiendo a focalizarse a nivel de las palmas, plantas, axilas o en la cabeza. Generalmente se inicia durante la infancia o adolescencia. Esta es la hiperhidrosis más común, la primaria. Los ancianos sudan menos porque nuestras glándulas sudoríparas envejecen.
Cuando la hiperhidrosis se inicia en la edad adulta puede ser una hiperhidrosis secundaria, es decir, hay que descartar una causa de esa sudoración. Es por ello que estudiaremos otras enfermedades como el hipertiroidismo, la ingesta de determinados fármacos (como algunos antidepresivos), la menopausia, el alcoholismo crónico y de forma mucho menos frecuente tumores, VIH…
Y entonces, ¿cuándo lo tratamos?
Básicamente cuando interfiere con la actividad del paciente. No es lo mismo un pianista que presenta sudor en las manos que un monitor de gimnasio. Entre las personas que tienen mayor afectación de su calidad de vida, se encuentran los estudiantes, que muchas veces refieren que dejan los exámenes mojados y se corre la tinta del papel. Muchas personas no saben que lo que padecen es una patología y que el dermatólogo es el especialista en tratarla.
¿Qué tratamientos existen?
A la hora de elegir un tratamiento u otro, vamos a tener en cuenta factores como la zona que queremos tratar, las preferencias del paciente así como la existencia de otras patologías y la gravedad del cuadro.
- Sales de aluminio: son útiles cuando la hiperhidrosis es moderada. Actúan taponando los conductos de salida de las glándulas sudoríparas. Es importante, que para que no irriten, la piel sobre la que se aplica tiene que estar completamente seca.
- Iontoforesis: útil en hiperhidrosis palmar, plantar y facial (esta última a través de una máscara que se empezó a comercializar hace unos años). El paciente sumerge los pies y/o las manos en un recipiente con agua y consiste en el paso de una corriente eléctrica a través del agua y de la piel, bloqueando a las glándulas sudoríparas. Generalmente se hace un tratamiento más intensivo al principio hasta que el paciente deja de sudar o presenta una sudoración aceptable y a partir de ahí, un tratamiento menos intensivo para mantener el efecto y que es muy variable dependiendo del paciente (algunos pacientes necesitan una sesión semanal y otros una sesión mensual). Los efectos secundarios consisten en un hormigueo durante la sesión o pequeños pinchazos.
- Toxina botulínica A: es útil en la hiperhidrosis palmar y axilar. Su efecto se produce porque la toxina bloquea la unión entre el nervio y la glándula sudorípara (es decir, el nervio no puede transmitir la orden a la glándula de que empiece a sudar). La disminución de la sudoración empieza a notarse a las 48 horas de la inyección y es máxima a los 15 días. En general es un tratamiento que goza de mucha satisfacción entre los pacientes y sus efectos duran hasta 6 meses. Como efectos secundarios, puede producir una disminución transitoria de la pinza palmar.
- Anticolinérgicos: son de elección cuando la hiperhidrosis es generalizada. Estos fármacos bloquean de forma generalizada la unión entre el nervio y la glándula sudorípara. El principal efecto secundario es la boca seca, por lo que un porcentaje de pacientes no los toleran. Además, puede provocar retención urinaria (por lo que no se pueden emplear en pacientes con patología prostática) y glaucoma.
- Microondas: es un tratamiento que salió hace unos 3 años para la hiperhidrosis axilar, y que consiste en la aplicación de microondas que destruyen las glándulas sudoríparas. Se administran 2 sesiones separadas por 6 meses. El tratamiento es doloroso por lo que ha de realizarse bajo anestesia local. Como efectos secundarios puede producir parestesias y pérdida de sensibilidad, que puede ser transitoria pero también permanente.
- Simpatectomía: Es el tratamiento para la hiperhidrosis palmar que no responden a otras terapias. Consiste en la destrucción del ganglio estrellado que se encuentra en el tórax. Con respecto a este tratamiento, pueden producirse efectos secundarios indeseables como la hiperhidrosis compensatoria (dejan de sudar las manos pero comienza a sudar otra parte del cuerpo) y neumotórax por lo que en ningún caso consiste en la primera terapéutica.